29 junio 2012

Escapada a Berlin.

Teniendo un aeropuerto internacional a cinco minutos de mi casa y pudiendo volar todavía a precios razonables, debería viajar más. Las excelentes conexiones del Aeropuerto de Palma (PMI) no hay que dejarlas pasar.  Hoy vuelo a Berlin para conocer una ciudad que intuyo fascinante. Lo haré en compañía de mi buen amigo Patrick Rohner, webmaster de www.cuba-individual.com, la biblia del viajero que quiere conocer Cuba de manera independiente. Él volará desde Zürich y nos encontraremos en el tristemente conocido Checkpoint Charlie. Entre 1960 y 1990 era el lugar del Muro donde unos y otros trataban de reencontrarse. Será emocionante estar allí y recordar una de las páginas más tristes de la historia europea.

Checkpoint Charlie, Berlin.

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02 junio 2012

La Playa de Kino Nuevo. La puerta al Mar de Cortés.

Las playas de Kino no decepcionan. Si dejamos el pequeño y relajado núcleo urbano, la carretera sigue hacia el norte dividiendo el duro desierto de Sonora del mar. Se intuye que antes de la urbanización de esta zona la arena y los cactus llegaban hasta la misma playa. Ahora apenas están separados por una fila de viviendas bajas y algún pequeño hotel en primera línea, la carretera después, y en el otro lado, alguna vivienda, tienda o pequeño restaurante. Más allá, la llanura desértica y al fondo, las montañas.

Se cumplen las previsiones. Esto no es Cancún, ni Acapulco, ni nada parecido. Esto es un relajado rincón de playa donde no ha llegado, ni parece que pueda llegar ya, la gran industria turística. Aquí los turistas son de dos tipos: sonorenses que bien tienen su casa de verano aquí, bien alquilan un cuarto en uno de los sencillos hoteles de la zona, o bien norteamericanos -de Arizona mayoritariamente- que construyen aquí sus villas de alto standing junto al mar en primera linea de la playa de Kino Nuevo.
Llegar, como hice yo un día de temporada baja entre semana, garantiza el poder disfrutar casi en exclusiva de la estupenda playa de Kino Nuevo y del Mar de Cortés, desconocido para mi hasta la fecha.La experiencia no pudo ser más espectacular: tuve la enorme suerte de nada más bajar a la playa encontrarme con un nutrido grupo de delfines que se alimentaban a pocos metros de la playa. Rápidamente dejé mis bártulos - cámara incluida- y me bañé. No puedo describiros la emoción que supone estar dentro del agua y ver saltar un maravilloso ejemplar de delfin a apenas 10 metros de distancia. Fascintante.

Delfines frente a la Isla del Pelícano. Bahia de Kino.

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De Hermosillo a Bahía Kino.

Apenas cien kilómetros separan Hermosillo de la costa. El punto más cercano al mar de Cortés desde la capital del estado de Sonora es Bahia Kino. Según me cuentan es un núcleo de playa semivirgen, con baja presión urbanísitica donde mexicanos y algunos norteamericanos bajan a refrescarse los fines de semana y en periodo estival.

Desde Hermosillo es fácil subirse a un autobús rumbo a Kino. Salen cada hora aproximadamente. El trayecto, casi en línea recta ofrece una panorámica de la zona de servicios de la capital primero, de las explotaciones agrícolas después y, hacia la mitad del recorrido, del desierto de Sonora. Poco a poco el paisaje va endureciéndose y los primeros cactus empiezan a surgir a un lado y a otro de la carretera. Hasta el mismo borde del mar, el desierto se extiende por esta zona del territorio mexicano.


Camino a Kino atravesando el desierto sonorense.

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31 mayo 2012

Hermosilo, capital del estado de Sonora.

No podría entenderse la capital del norteño estado de Sonora sin tener en cuenta dos elementos íntimamente ligados a la misma: el desierto y la cercanía del estado de Arizona, EEUU. La cercanía del desierto de Sonora influye decisivamente en el clima de la ciudad: sequía casi permanente, un sol abrasador y temperaturas que en verano pueden alcanzar los 50 grados. Sin duda estas trazas infernales imprimen carácter en la ciudad y en sus gentes. La segunda influencia, la del vecino y muy hermanado estado gringo de Arizona, marca también el ritmo, la vida, la economía y hasta la arquitectura de Hermosillo. Si cambiamos la lengua de los rótulos de las calles y los convertimos al inglés, esta ciudad de calles anchas, construcciones bajas y voluminosas rancheras pasa por una ciudad gringa.  Además, por lo que pude conocer de la vida local a través de mi amigo Efrén Rosas, sonorense de pura cepa, los lazos con Arizona y sus ciudades más importantes -Tucson y Phoenix-, van mucho más allá. Los mexicanos realizan sus compras con frecuencia en el norte. Y los estadounidenses cruzan a veces la frontera con idénticos fines. Incluso es bastante normal encontrar matrimonios mixtos entre gringos y sonorenses, que circulan con naturalidad a un lado y a otro de la frontera.  Tan intensa es la relación entre ambos estados que comparten un mismo huso horario. Sonora se acompasa al norte, y no a Mexico.

Otro punto de encuentro entre el norte y el sur, es la costa de Hermosillo, la cercana Bahia de Kino. Son muchos los gringos que tienen su salida al mar natural en las costas del Mar de Cortés, Golfo de California para ellos-.

Por lo demás la ciudad de Hermosillo, es una ciudad tranquila. Si no fuera por las grandes avenidas que circundan el centro y por su vasa extensión observable desde el omnipresente Cerro de la Campana, uno no diría que este asentamiento humano tiene tres cuartos de millón de habitantes. Al pasear por la tranquila y sofocante Plaza de Zaragoza, centro neurálgico de la ciudad y observar el ir y venir de los devotos ante la Catedral, uno tiene la sensación de encontrarse en una de esas aldeas mexicanas perdidas de la mano de dios retratadas por Robert Rodriguez en "El Mariachi".  Pero nada más lejos de la realidad. Aquí no hay armas de fuego ocultas en fundas de guitarra ni nada que se le parezca. Esta es una ciudad tranquila, en la que las historias de narcos y de ajusticiamientos se ven a través de la televisión. Tampoco es una ciudad en la que haya un especial índice de delincuencia. Al contrario. A excepción de algún barrio conflictivo -toda ciudad lo tiene-, la ciudad es un remanso de paz. Como pude comprobar, uno puede circular por la noche por sus amplias avenidas sin riesgo ninguno. Supongo que este calor, que marca un estilo de vida relajado entre los sonorenses, también aletarga a los delincuentes.

Además de la Plaza Zaragoza y sus calles aledañas, merecen una visita tanto la Plaza del Bicentenario, de nueva construcción como el Mercado Municipal y sus calles comerciales cercanas. Eso si, ser recomienda evitar las horas más calurosas del día donde el paseo puede ser sencillamente imposible.

Mercado Municipal de Hermosillo.

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Santiago de Querétaro, la ciudad tranquila.

El sábado por la tarde llegué a Santiago de Querétaro procedente de la capital. Tres horas de recorrido desde la terminal del Norte en un más que confortable autobús de la compañía Primera Plus. En esta ciudad de un millón de habitantes me esperan mis amigos Odalis -de vacaciones aquí- , su hijo Henry y su esposa Maidelis que tan amablemente me han invitado a visitarles.

Entre fiesta y fiesta con mis amigos, tuve tiempo de visitar relajadamente la ciudad de Querétaro. Una ciudad impersonal en sus barrios residenciales donde se suceden los apartamentos adosados y en sus interminables autopistas rodeadas de grandes establecimientos comerciales, hoteles por horas y grandes restaurantes. Según me cuentan aquí, Querétaro es una ciudad que ha crecido mucho en los últimos años. Este es uno de los estados más seguros de México, sin narcoviolencia ni excesiva delincuencia. Esto ha provocado que muchos mexicanos que huyen de estados y ciudades más complicados, acaben residiendo aquí. Esta es una ciudad muy próspera y se nota. Quizás demasiado y se nota en su caótico crecimiento urbanístico.

No hay que dejarse engañar. Santiago de Querétaro tiene su encanto y para ello hay que acercarse al centro histórico de la ciudad. Un sin fin de agradables plazas y parques rodeados de interesantes edificios coloniales en los que merece la pena buscar una terraza donde tomar una cerveza michelada o un café. Tuve la ocasión de visitar la ciudad en domingo y pude comprobar que son muchos los queretanos y turistas mexicanos que visitan el centro de esta ciudad para pasear entre sus callejuelas y visitar sus puestos de artesania y bares. Pocos extranjeros, eso si.

El viajero no deberá preocuparse por su seguridad, nada que ver con DF. Aquí se ve muy poca policía y muy pocos buscavidas. Alguno hay, pero por ser tan escasos, se detectan a la legua. Con mantener la cartera a buen recaudo bastará.



Café, diario y buenas vistas en el centro de Querétaro.

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28 mayo 2012

La gran capital: México D.F.

Una ciudad como esta o se ama o se odia. O todo al mismo tiempo. Más de 20 millones de habitantes, un aire irrespirable -literalmente- y unos niveles de delincuencia desconocidos para el europeo se combinan con una arquitectura megalítica, unas callejuelas llenas de historia, una vida cultural vibrante, una comida deliciosa y unas gentes que siempre parecen tener prisa, pero que atienden amablemente al viajero. Si su intención no es hacerle protagonista de un secuestro express o de un simple atraco a mano armada.

No es para tanto. No hay que obsesionarse con la seguridad pero no hay que dejar de lado las normas básicas que ya apliqué en mis visitas a otras "terribles" ciudades como Caracas, Bogotá o Salvador de Bahía. A saber: vestir sencillo, evitar zonas solitarias, cartera siempre controlada, llevar lo justo en la cartera por si te atracan, extremar precauciones de noche. Y si el sentido arácnido vibra... salir del lugar por piernas. No falla.

No tuve mucho tiempo para visitar  DF. Apenas un paseo rápido al atardecer por la zona del centro histórico, los alrededores de la gran plaza de el Zócalo.  En el centro del país hoy y del mundo Azteca antaño, se reunen hoy turistas, buscavidas, vendedores ambulantes, predicadores, tullidos, militantes políticos -estamos en campaña-, muchos policías fuertemente armados y una arquitectura que conviene descubrir: la catedral preside el lugar. Impresionante por fuera, decepcionante por dentro.



Tras una retirada temprana el segundo día amanecí temprano el sábado. A las 6am me disponía a salir del hotel. Tras unos pasos me di la vuelta y decidí esperar al amanecer, una hora más tarde. La calle Bolivar estaba todavía ocupada por oscuros individuos con cara de haber roto vajillas enteras -los hay por todas partes- y coches de policía haciendo sonar sus sirenas de aquí para allá. Poco acogedor.

Cuando por fin salió el sol, alargué mi radio de búsqueda. Primero de nuevo el Zócalo y las calles comerciales de alrededor que comenzaban a desperezarse. Luego salí del centro histórico y me dirigí a la zona monumental y nueva de la ciudad: la avenida Hidalgo, Plaza de la República, Insurgentes... Grandes edificios, estructuras monumentales y el recordatorio de que México es, ante todo, una gran potencia económica.

Tras tomar en un comedor popular de una callejuela un "desayuno" a base de una consistente enfrijolada, busqué la estación de metro más cercana - Revolución- y de ahi al hotel, a cargar con la mochila y rumbo a la estación de autobuses del norte. Siguiente parada: Querétaro. Estas escasa horas en DF me supieron a poco. Volveré antes del final del viaje.


Los restaurantes populares y los puestos de comida callejeros son fascinantes. (México DF)

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Primeros días en México

Los primeros días en Mexico han sido intensos. Entre recorrer el centro de México, llegar a Querétaro y compartir algo de mi tiempo con mis amigos de aquí, apenas ha habido tiempo para actualizar este blog. Prometo hacerlo en próximos días. En cuanto decida el siguiente paso de mi viaje.

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20 mayo 2012

Recuperando viejas costumbres viajeras.

Han sido un par de años de sequía para este blog. También han sido un par de años de sequía viajera, obsérvese la relación.  Resulta curioso que, pese a estar subiendo y bajando de aviones semana sí y semana también, no ha habido durante todo este periodo ningún viaje que necesitara ser inmortalizado en este blog. Casi todos mis viajes son por trabajo, breves y cercanos y no hay mucho que contar ni tiempo para escribirlo. Aunque los disfrute como lo que son, pequeños sorbos viajeros.  Las pocas escapadas 100% vacacionales que he tenido en este tiempo han sido a destinos cercanos o ya conocidos. Y aunque han tenido su espacio en la red, ha sido en forma de alguna foto y comentario más o menos acertado en mi facebook. Zuckerberg mató a la estrella del blog. Y entró en bolsa, el muy jodido.

Vamos al grano, que me lío. El objeto de este post es, mi querido lector, darte la buena nueva que en los próximos días alimentaré -o eso espero- este blog viajero.  En unos días inicio una pequeña aventura viajera: me voy a México.

Como suele ocurrir, este no ha sido un viaje buscado. Ha venido a mi encuentro gracias a mi amigo Efren, natural de Hermosillo, estado de Sonora. A Efren me unió mi vieja página web viajera, esa misma que hoy acumula polvo en una carpeta de mi disco duro de backups.  Y a este personaje lo considero amigo,  pese a que no hemos coincidido personalmente y probablemente tampoco coincidamos ahora. Pero esa es otra historia.

En unos días volaré por primera vez a México DF. De ahí me trasladaré a Querétaro. Y ahí me encontraré con unos buenos amigos cubanos que el destino puso ahí estos días. Y Efrén que me avisó. A partir de ahí, los siguientes días... algo haremos. Hay varias opciones. Y muy pocos días.

Volveré a escribir estos próximos días. Me he propuesto recuperar viejas costumbres.

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28 agosto 2011

Viajar vs descansar. Mi enésimo viaje a Cuba.

Al final sí hubo viaje este año. Escribo estas letras, todavía afectado por el jet lag, después de regresar de mi enésimo viaje a Cuba. La imperiosa necesidad de unas vacaciones y de desconectar del día a día hicieron que tomara la decisión de visitar, una vez más, mi refugio de ultramar. Desde que hace ahora doce años descubriera, casi por casualidad, este país y sus gentes, no he dejado de visitarlo con periodicidad.

Dicho y hecho. Sin embargo, desde el primer momento decidí que, en esta ocasión, no actualizaría mi blog de viajes. El motivo principal: que en esta ocasión el relato de mi viaje iba a ser un deja vu para el lector ya que mi intención era visitar lugares ya conocidos con la intención de descansar más que de viajar y descubrir.

Y así ha sido. Las dos semanas que he pasado en la mayor de las Antillas se han limitado a una estancia relajada en Guanabo (Playas del Este) con pequeñas escapadas a lugares ya conocidos como Playa Jibacoa, y a una visita pausada a la Isla de la Juventud, donde la única aventura prevista era intentar visitar de nuevo el sur de la isla por vía terrestre hasta llegar a Cocodrilo y, una vez más, ha sido imposible. Los desganados y poco eficientes chicos de la oficina de ECOTUR de Nueva Gerona, que son los únicos que te consiguen el permiso y el obligatorio guía para acceder a esta zona protegida de la Isla, una vez más no han estado por la labor. La excusa esta vez ha sido que el único guía disponible estaba dedicado a acompañar a un adinerado cazador de tórtolas que había llegado a la isla en su jet privado. Y por lo visto sus sustanciosas propinas les hacían trabajar full time para él. Así es Cuba.

En fin, nada nuevo que contar en este blog viajero. Pero sí traigo en mi mochila -excepcionalmente troley en esta ocasión-, un buen puñado de vivencias, momentos y tragos de ron con los amigos de allá.

Hasta la próxima. Que la habrá.

Pequeños placeres: descubrir gracias a los lugareños un diminuto y escondido riachuelo y bañarse en sus frescas aguas. Argelia, Isla de la Juventud (Cuba)


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28 marzo 2011

Un viaje sin retorno -de momento- a las Islas Baleares.

A la ciudad de Palma, capital de las Islas Baleares, llegué en el mes de enero, justo después de celebrar la Navidad más tranquila de los últimos años. Sabía de este viaje y por ello decidí pasar las fiestas completamente, por primera vez en años, en compañía de mi familia, en casa. Las circunstancias así lo requerían.

A la isla de Mallorca sabía cuándo llegaba, pero no cuando regresaría. No hay fecha de retorno. Acepté un proyecto de trabajo aquí y aquí estoy. No hay tiempo de momento para más viajes que no sean los laborales, además de mis puntuales escapadas a Castellón para visitar a la familia.

No se apure el lector, tras dos meses, la sensación de que tengo todavía es de estar viviendo un gran viaje. Cada día descubro nuevos rincones en la ciudad de Palma,o una nueva palabra en mallorquín, o un nuevo pueblo de interior, o un nuevo vino de la tierra, o un nuevo aroma proviniente del omnipresente Mar Mediterráneo, o un nuevo guiso autóctono...

Este lugar, como todos, tiene mucho que descubrir. Y en ello estoy, aprovechando mi apretada agenda. La semana pasada, por ejemplo, pude visitar por primera vez la isla de Menorca y pasear por las tranquilas calles de Mahón, observando el puerto y degustar su gastronomía. Y cobro por eso, ¿se lo puede creer el lector?

De momento, no habrá más viaje que seguir descubriendo estas islas apasionantes.


Atardecer en el Puerto de Alcudia, norte de Mallorca.

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24 octubre 2010

¿Sedentarismo?

No ha sido este un año de grandes viajes. Las obligaciones laborales -el año está siendo duro- me han impedido, hasta ahora, hacer una de mis grandes escapadas. ¡Qué le vamos a hacer! Sin embargo, echando la vista atrás, sí ha habido pequeños regalos en forma de breves escapadas durante este 2010. Inolvidable, sin duda, la escapada a Lisboa, de la que publiqué un pequeño post. Memorable también el vuelo hasta Ibiza en abril para encontrarme en Portinatx con mis amigos Luis y María José y embarcarme en el Crisol, un precioso velero de 14 metros, para hacer la travesía Ibiza-Castellón. También la visita a la localidad minera de La Unión, en Murcia, para vivir el 50 Festival de Cante de Las Minas, merece una mención especial. Sin dejar de lado mi breve escapada a Palma de Mallorca, mano a mano con el bueno de mi amigo Senén, para vivir durante unos pocos días el verano, como unos turistas más en compañía de José Vicente, que vive ahora en la isla. Y no hay que olvidar, hace unas pocas semanas, una brevísima travesía en ferry a Ibiza para embarcarme en el Wifi One, el yate de mi amigo el Genio y traerlo de vuelta en una muy accidentada travesía a Castellón, su base de invierno.

Me sabe a poco.

Patroneando el Crisol, en algún punto en el canal de Ibiza.

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26 febrero 2010

Sensaciones en Lisboa

No hubo tiempo para crónicas. La brevedad de mi escapada de fin de semana a Lisboa, capital lusa, no recomendaba perder el tiempo ante un teclado. Así que mi crónica, realizada ya a posteriori desde Castellón, se limitará a un telegráfico chequeo de las sensaciones experimentadas.

Así pues, querido lector, sólo diré que Lisboa es lluvia, viento, salitre y fado. Es decadencia con encanto pero auténtica. Es churrasco y chupitos de estimulante ginginha. Es Angola, Brasil, Europa e inconfundiblemente lisboeta a la vez. Es vino del Douro y de Alentejo, queso, es pescado a la brasa y pastelitos de Belem. Lisboa es bohemia, algo hippie y perezosa. Es el Atlántico infinito, es América y es grandes conquistas. Es tranvía, es melancolía y pasado. Es simplemente, Lisboa.

Escena callejera en el barrio de Baixa. (foto: Juan C. Enrique)

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26 enero 2010

Próximo destino: Lisboa (Portugal)

Otro viaje vino a mi encuentro. Y esta vez de una manera curiosamente extraña.

Hoy compré un billete de avión para pasar en febrero un fin de semana en Lisboa. Será esta la tercera ocasión en que planearé ir a esta ciudad. Pero hay una diferencia: que esta vez, no será como las anteriores... Esta vez sí que iré. :)

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13 enero 2010

Tragedia en Haiti.

Asisto con tristeza a las noticias que llegan desde anoche sobre el terremoto que ha asolado Haití. Para este país caribeño, situado en isla de La Española, que comparte con República Dominicana y limita al este con el oriente cubano, llueve sobre mojado. Haití es el país más pobre de Latinoamérica y más pobre que muchos estados africanos. Más que pobre, paupérrimo y además azotado además por la lacra de la violencia. Ahora a la tragedia de este país, que siempre ha mirado con envidia a sus vecinos de Dominicana, se suma la fuerza devastadora de la naturaleza. Dios se ceba con los humildes. No es justo.

Acabo de conversar por teléfono con mis amigos de Santiago de Cuba, a apenas 400 kilómetros de Port-au-Prince, epicentro del terremoto. Están bien. Me cuentan que el temblor se sintió en todo oriente y que provocó el pánico. Pero no ha habido daños materiales destacables y tampoco humanos. Afortunadamente. Pero el miedo a réplicas o a un posible tsunami permanece.

Hace menos de dos semanas yo estaba allí.

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10 enero 2010

Un final inesperado. Una noche en La Habana por cortesía de Iberia.

Mi último día en Cuba, el viernes, amaneció con un tiempo espléndido. El sol y un mar llano me obligaron a madrugar, pese a los excesos de la noche anterior. Era mi única ocasión para bucear y había que aprovecharlo. Me dirigí desde Guanabo a la cercana Marina Tarará donde pude disfrutar de una espléndida jornada de buceo y pesca. Buceo con precaución, eso sí, ya que por la noche debía tomar el vuelo a Madrid y la prudencia y la medicina hiperbárica recomiendan mantenerse en unos margenes de seguridad.

Por la tarde regresé a Guanabo, hice algunas compras, preparé el equipaje y me dirigí al aeropuerto internacional José Martí de La Habana. Al llegar, una sorpresa: había overbooking y me quedé fuera. Mientras otros pasajeros se desesperaban ante los inmutables responsables del check-in, no pude más que sonreír. Me había encontrado un nuevo día de vacaciones.

Tengo que reconocer que Iberia cumplió con los veinte pasajeros que nos quedamos sin poder subir al avión: nos alojó en el fantástico hotel Melià Cohiba en pensión completa, nos solucionó el transporte y nos prometió indemnización al llegar a España que efectivamente cobré sin problemas el domingo ya en Valencia. 600 € contantes y sonantes.

A Iberia y al overbooking tengo que agradecerle pues mi última noche en La Habana. En el hotel coincidí con Giuseppe, un italiano afincado en Barcelona que, como yo, se había quedado en tierra y viajaba solo. Nos fuimos a sumergirnos en la noche habanera. Tras un decepcionante paso por la sala Turquino en la planta 25 del Hotel Habana Libre, nos dirigimos a La Casa de la Música. A la auténtica, la de Centro Habana. Mi amigo Noel, el gerente, nos consigió una mesa perfecta pese a que llegamos cuando la sala ya estaba abarrotada. Allí estuvimos disfrutando primero del concierto de Manolito y su Trabuco -una de las grandes orquestas salseras- y de la consabida sesión de discoteca después. Ni siquiera el que en medio de la pista un negrito tratara de robarme la cartera deslució una noche memorable. Afortunadamente enganché y retorcí su brazo cuando ya se retiraba con mi cartera en su mano.

El sábado La Habana amaneció bajo un temporal de viento y lluvia. Y me brindó desde el hotel la oportunidad de disfrutar de uno de los mayores espectáculos que pueden verse en la ciudad: el mar enfurecido rompiendo majestuosamente en el Malecón habanero. Grandioso.

Esta fue mi última imagen de Cuba... por esta vez.

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07 enero 2010

La noche de Matanzas. Donde las hubo en el pasado y casi en el presente. :)

Poco que ver en Matanzas por el día. Y poco también durante la noche. A primera hora es interesante cenar o tomar una copa en el céntrico LA VIGÍA, un amplio y cuidado local con un excelente servicio en el que se pueden comer aceptables hamburguesas, tomar un excelente café y refrescos. Además de su terraza poblada de jineteros locales, por las noches tiene un pequeño pub subterráneo en el que se pueden tomar tragos largos y cantar en el karaoke. Simpático.

Después el personal se traslada a la discoteca de la ciudad, llamada LA SALSA, a orillas de la Bahía. Publico mayoritariamente local, la habitual mezcla de salsa, reggaeton cubano y musica dance europea y norteamericana. Unas cuantas jineteras, unos cuantos turistas, y unos camareros siempre dispuestos a cobrarte el doble por la entrada y por las copas. Vamos... lo de siempre.

Y lo de siempre paso después de la discoteca. Uno paga un par de cervezas y acaba saliendo de la discoteca rodeado de un pequeño grupo de gente -al cual intentan sumarse mas personas sistemáticamente-, y a los que sabes que acabaras pagándoles la fiesta. Es lo normal y tampoco es problema teniendo en cuenta que una botella de ron suele salir por entre 3 y 5 euros. Asumible y divertido.

Eso si, la nota discordante de la noche la puso un vikingo energumeno de mas de dos metros de alto que se paso la noche intentando llevarse a una cubana a la cama y como iba bastante borracho, se mostraba agresivo y no hablaba una palabra de español, se paso el rato llamando de fuckingshitbitch para arriba a toda mujer que veía. Claro, como nadie lo entendía no hubo lió... Hasta que le dije 1.te entiendo so mamón 2.deja de faltar el respeto a las mujeres y 3.tu debes de ser impotente con tanto complejo que se te ve. Y ahí se formo el lio con el mastodonte... No hubo sangre. :) Hasta la victoria siempre.

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El final del viaje. Playas del Este.

El final del viaje se acerca, y con el, la necesidad de estar cerca de La Habana. Mi vuelo sale mañana por la noche. Lo bueno dura poco.

Por la mañana salí a una hora prudente desde la ciudad de Matanzas. Por un precio mas que razonable conseguí cerrar el trato con el chofer de un viejo Lada, así que descarte el autobús y el tren como opciones alternativas y me eche a la carretera para cubrir los aproximadamente 80km que separan mi punto de salida de Guanabo, en Playas del Este. Aprovechando el disponer de transporte y tiempo, hice dos paradas en el trayecto para conocer lugares que nunca visité.

PLAYA JIBACOA

La primera en la playa de Jibacoa, una paradisiaca playa de aguas azul intenso que, por ser invierno, estaba casi desierta y un tanto abandonada. Pero aun así, me pareció un lugar mágico que prometo visitar con mas calma en otra ocasión. El lugar merece una excursión a lo cubano para pasar el día asando un puerco en la misma playa y dándole a la cerveza hasta que anochezca. Prometido que lo haré.

SANTA CRUZ DEL NORTE

La segunda parada fue en el pueblo de Santa Cruz del Norte, conocido por tener una gran planta productora de ron Havana Club. El lugar es decepcionante. Entre instalaciones industriales, languidece este pueblecito que pese a disponer de malecon, este se encuentra en un estado lamentable: basura, tiñosas -buitres-, suciedad y algunas casas destartaladas son lo único que ofrece el lugar. De este viaje me estoy llevando la impresión de que Cuba, diez años después de mi primera visita, se esta destruyendo a si misma. Fuera de La Habana y algunos puntos turísticos donde se esta recuperando con acierto el patrimonio y el entorno, el país se esta hundiendo en la nada. Los derrumbes no se arreglan, los puentes se caen y nunca se vuelven a levantar, las calles se estropean y así se quedan, los ranchones se los lleva un ciclón y deja para siempre un montón de escombros. Da cierta pena, para que les voy a engañar.

Y DE NUEVO... GUANABO

Finalmente, regreso al encuentro de mis amigos en Guanabo. Esta noche celebrare la ya tradicional fiesta de despedida en casa de mi amigo Regino y su esposa Iris. Cocinaremos, beberemos y hablaremos mierda hasta el agotamiento. Mañana tengo la esperanza de que por fin el mar se calme -lleva dos semanas revuelto en la costa norte- y pueda hacer el menos una corta inmersión de buceo. De no ser así, seria la primera vez que vengo a Cuba y no hago submarinismo. Cosas del tiempo meteorológico.

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06 enero 2010

Matanzas. Cronica de la decadencia y la ignorancia.

Decir que la ciudad de Matanzas es una ciudad decadente y vetusta, no es decir mucho. Casi todas las ciudades de Cuba, en mayor o menor grado lo son. Sin embargo a poco que se conozca el esplendoroso pasado social, económico y cultural de esta villa situada entre La Habana y Varadero, y se de un sosegado paseo por sus calles, se tiene esta sensacional de manera muy especial.

La arquitectura de la ciudad, tanto civil como religiosa es muy rica. Iglesias y edificios, hoy mayoritariamente semi-abandonados, tuvieron en un su día un evidente esplendor. Para nosotros los europeos, tan preocupados en las ultimas décadas por la conservación del patrimonio histórico, resulta desolador ver como magníficos edificios coloniales del siglo XIX o de principios del XX son hoy un montón de ruinas. O los omnipresentes puentes, que cruzan aquí y allá los ríos Yumuri y San Juan. Impresionantes estructuras que acompañan en ocasiones las también omnipresentes vías de tren y que acumulan oxido atacadas inexorablemente por el ambiente salino de la Bahía de Matanzas. Decadencia...

Así es Cuba. Así es Matanzas.

El ritmo de sus calles, es bastante mas acelerado que el de las ciudades orientales que visite los últimos días. Mas vehículos a motor, menos bicicletas, mas ruido, mas velocidad, mas contaminación. Se intuye la cercanía de la capital y de su ruidoso ritmo de vida durante las 24 horas del dia. Sin embargo, la oferta cultural, gastronómica y de ocio, a diferencia de la de la capital, parece paupérrima. Apenas sosas cafeterías estatales donde solo venden un pan con jamón -del malo, eh?- y unos refrescos hechos a base de química.

Poco que ver en Matanzas, aparte de empaparme, una vez más de esa Cuba que miles y miles de turistas extranjeros que disfrutan como cerdos del sol -escaso estos días- y de los mojitos sin fin, NUNCA van a conocer. Ah, eso si... después cuando lleguen a sus destinos en Canada, Alemania, Gran Bretaña... o España... contaran a sus amistades todos los tópicos sobre Cuba que oyeron ANTES de salir de sus casas, sintiéndose expertos en la materia cubana... En, en Cuba se pasa mucha hambre... y que viejo esta todo.... pero que bien bailan la salsa.

Ignorancia. Clave de la felicidad, dicen.

Mañana se sigue viaje. O mejor dicho, va concluyendo. Pero eso si, antes... incursión nocturna en Matanzas. Dice la pareja de la casa donde alquile habitación que hay aquí una discoteca que los miércoles se pone muy buena. Ya les contare.

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Guettofobia. Huyendo de Varadero.

Lo intente. Le prometo, querido lector de este blog viajero, que intente quedarme una noche, aunque solo fuera un rato en Varadero. Pero no. Fue cruzar con el autobús de Viazul el control policial de acceso, llegar a la aséptica estacion de autobuses ocupada única y exclusivamente por turistas extranjeros -ni locales, ni destartalados buses locales, ni cafetería en moneda nacional, ni colas, ni nada-, y confirmar que aquí "zona turística internacional"="ghetto para turistas"... y decidir huir. Hasta las playas son exclusivas de los hoteles. Todas... no hay una playa libre del "todo incluido".

Vaya panorama. Decidí huir.

Y eso que me lo pusieron fácil. Una cubana felizmente casada en España que venia en al bus conmigo y con la cual entable conversación -cosa que me gusta del transporte publico latino-, acabó por invitarme a conocer el Varadero de los cubanos. Como antigua trabajadora de uno de los hoteles internacionales -donde cazó al españolito que se la llevó-, se iba a alojar en una casa particular del pueblo de Varadero y luego iría a una fiesta donde van los trabajadores de los hoteles... nada de turistas... Ilegal y tentador -está prohibido alquilar habitaciones a turistas en Varadero-... pero ni aun así. Proseguí viaje en bus hasta Matanzas, la capital de la provincia.

Y aquí estamos.

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05 enero 2010

Y ahora... ¿Varadero? O no.

En unas horas salgo desde Las Tunas. Me separan 800 km de La Habana desde donde partirá el viernes mi vuelo a Madrid. Y la prudencia recomienda ir acortando distancias para no encontrarme con la sorpresa de no encontrar transporte a ultima hora. El transporte esta fatal en Cuba... y saturado.

Después de ver varias opciones, todas ellas poco fiables, la mejor opción que encontré para acercarme a La Habana fue un pasaje en los autobuses para turistas -y cubanos con dinero-Viazul. Salgo en la medianoche y, si no hay averías ni retrasos -no suele haberlos con estos autobuses- llegare hacia las 13.00 horas a Varadero, principal destino turístico de Cuba... único destino de largo recorrido con plaza disponible.

La gran pregunta es... ¿Entraré ésta vez a conocer Varadero donde después de años viajando a Cuba, NUNCA estuve y prometí NUNCA IR? ¿Lo visitare unas horas al menos para conocer la disneylandia del Caribe? ¿O saldré disparado hasta la cercana ciudad de Matanzas para huir del todo incluido? Quién sabe...

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Puerto Padre y la costa norte de la provincia de Las Tunas.

El transporte es uno de los grandes problemas de Cuba. Pero con dinero -o con un buen culo si se es mujer y joven-, uno consigue viajar en coche a donde quiera. Para ser justos diré también que las mujeres con niño en brazos suelen conseguir parar uno de los escasos coches que circulan por estas carreteras. En mi caso, al no tener buen culo, ni niño con el que dar pena, tuve que gastar unos pesos contratando un carrito particular. Fernando y su sorprendentemente bien conservado Peugeot, serán mi guia al norte de la provincia de Las Tunas. Temprano, con una temperatura sorprendentemente baja y lloviznando, nos fuimos.

PUERTO PADRE

Esta villa olvidada de Cuba, unos 50 kilómetros al norte de Las Tunas, parece permanecer ajena a todo. Los viejos hoteles de estilo colonial que en su día tuvieron su relevancia, están cerrados y en estado ruinoso. El viejo malecón languidece ruinoso frente a la bahía. Un viejo pesca o al menos lo intenta, mientras observa curioso al par de tipos que se bajaron de un coche de turismo. Seguramente se pregunta por que vinimos a Puerto Padre. Aquí no hay restaurantes elegantes, no hay mucho que ver y por tanto no hay turistas, especialmente ahora, en invierno. La mayor actividad de la ciudad se concentra en un centro comercial situado en el antaño magnifico paseo desde el que una sorprendente escultura moderna de Don Quijote, contempla impasible un estilizado molino. Y mas allá, el mar. Oscuro y sucio en aquel punto, el mas profundo de la bahía.

Un paseo por el centro de la ciudad -el malecón, el bulevar y el diminuto pero cuidado Parque Central-, dan una idea de lo que fue en su día esta ciudad, abandonada a su suerte hoy tras 51 años de patria o muerte y venceremos. Las fotos las publicare a mi regreso. Creo que valieron la pena.

PUNTA COVARRUBIAS

El único complejo turístico de la provincia de Las Tunas es Villa Cobarrubias. Aproximadamente a otros 50 km al oeste por carretera desde Puerto Padre. La intención inicial era llegar hasta la marina y contratar una inmersión de buceo. Sin embargo el estado del mar, con fuerte oleaje, me confirma que no hay salidas. Dos semanas en Cuba y todavía no pude hacer una. Raro, raro.

Dado que la visita al hotel -formato todo incluido-, no tiene ningún atractivo para mi, descartamos la visita al complejo de ocio y enfilamos rumbo este, hacia las playas del otro extremo de la bahía. Allí no hay hoteles.

PLAYA LAS BOCAS Y ALREDEDORES

Circulando por las tranquilas carreteras que bordean la bahía, entre interminables plantaciones de caña -esta es una de las zonas de mayor producción azucarera del país-, uno llega a las playas de La Herradura primero, Playa Llanita después y finalmente Playa Las Bocas, en la misma entrada de la Bahía de Chaparra. Aquí nos detenemos. En la playa ningún bañista. Apenas cinco o seis paseantes y un grupo reducido de lugareños tomando ron en un chiringuito vacio.

Me cuenta Fernando, mi guia y chofer, que aquellas son las playas donde se desplazan los habitantes de Las Tunas en verano. Pese a que hay mas de 100km de distancia entre un punto y otro, en verano esta zona esta llena de turismo nacional. Y muchas chicas lindas, dice Fernando... Claro, si tienen que venir haciendo botella -autoestop-, no van a llegar aquí las viejas y feas, no? -véase el inicio de este post-.

Los lugareños del ron -y el propio Fernando- se burlan de mi cuando pese al fuerte viento, y la sensación térmica fresca, me tiro al mar a nadar. Para ellos es impensable bañarse en esta epoca del año, sin sol y con aquel viento. El agua esta a una temperatura mas que aceptable. Eso si, al salir, al cabo del rato... otro cantar. :)))

Pese a que no hay ningún restaurante ni puesto de comidas en la zona en esta época del año, Fernando conoce una casa donde suelen hacer comidas. Bingo. Por apenas 3 CUC por cabeza la senyora nos sirve una copiosa comida a base de congrí, pulpo en salsa, masita de cangrejo, ensalada y platanito frito. Sencillamente perfecto. Eso si, no hay café. Ni en la casa... ni en 40 kilómetros a la redonda. Hay desabastecimiento y el transporte, simplemente no existe hasta esos puntos.

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La informacion no es para los cubanos. Internet tampoco.

Mientras de manera muy tímida se realizan ciertas concesiones a la población de Cuba, como la posibilidad de tener teléfono móvil o poder alojarse en los hoteles internacionales -a precios inalcanzables, eso si-, se aprieta mas la soga en otros campos.

El gobierno cubano y el partido único -misma cosa son-, mantienen un férreo control sobre los medios de comunicación. No existen mas periódicos que los escuálidos panfletos oficiales -Granma es el principal de ellos-, no hay mas televisiones y radios que las estatales, no se permiten siquiera muchos libros. Y por supuesto, se ponen barreras a internet. Oficialmente solo tienen acceso particular a la red personas muy concretas y de solvencia ante el poder. Y muchos particulares con posibles subarriendan estas cuentas a médicos o funcionarios.

La otra vía para que los cubanos puedan navegar por la red es simplemente ir a un hotel o a una central de comunicaciones ETECSA -como yo hago- y pagar el abusivo precio de 6 CUC -5 euros aprox.- la hora. Hasta hace bien poco esto era posible, si se tenia el dinero. Pero oh sorpresa, hay nueva norma desde hace menos de un año. Ahora al comprar la tarjeta que da acceso a internet, hay que presentar el pasaporte, se anotan sus datos en un registro oficial y, por supuesto, no esta permitido vender tarjetas a cubanos.

Así es el poder, siempre intentando controlar el acceso a la libre información. En Cuba y en todas partes. Pero aquí lo tienen mas fácil, claro.

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04 enero 2010

Las Tunas. En medio de ninguna parte.

Las Tunas, entrada al oriente cubano, es una ciudad de paso con escasos atractivos turísticos en los alrededores. O ninguno. Cuba en estado puro. Eso es lo que me interesa de esos lugares donde no es fácil ver turistas.

Esta es una ciudad relativamente pequeña, de poco mas de cien mil habitantes que viven alrededor del agradable Parque Central, el Bulevar y la avenida Vicente García. Hoy lunes la ciudad presenta un aspecto muy animado, ya que todo el mundo salió a la calle a hacer sus compras o cambiar moneda -colas inmensas en los Cadeca- tras cuatro días feriados seguidos.

Ayer domingo, sin embargo, la ciudad a primera hora de la tarde era un mar de tranquilidad. Me dio la posibilidad de dar un largo paseo que desembocó en el surrealista Parque 26 de Julio. Un recinto gigantesco que combina espacio para feria agrícola y ganadera, restaurantes, tiendas, zona deportiva, actividades infantiles, ocio nocturno y... una sorprendente pista de rodeo cubano. Eso si, esta vez no tuve suerte y el recinto no tenia actividad cuando lo visite. Llegué demasiado tarde.

Más suerte tuve cuando después de la caminata me senté a tomar una cerveza y descansar en un agradable bar del Parque Central. Le pregunté al servicial camarero -no suelen abundar-, dónde debía dirigirme para tomar una copa por la noche... Sorpresa... Es domingo y hay matiné en el Cabaret a escasos doscientos metros. La sesión de discoteca empezó a las dos de la tarde, acaba a las seis, después se va el personal a un lugar llamado El Ranchón -restaurante- y desde las diez de la noche se sigue en la discoteca-karaoke Tropical, en el Hotel Las Tunas... y se amanece si hace falta. Vamos, como la ruta del bakalao pero a lo cubano. Llamémosla ruta de la salsa y el cubatón. Eso sí, en lugar de moverse el personal en opelescorsa tuneados, se mueven en bicitaxis o coches de caballos. Mágico.

Para allá que me fui y como suele ocurrir a poco sociable que uno sea, acabé en una mesa del presunto karaoke -que de karaoke no tenía nada- junto con un grupo de cubanos, compitiendo con uno de ellos -residente en España y por tanto con algo de dinero- para ver quién pagaba más botellas de ron a la mesa, para regocijo de nuestros invitados. Hay que ver lo rápido que se evapora una botella en Cuba en cuanto se abre y se le da un sorbo a los santos -vertiéndolo en el suelo-. Desaparece en un visto y no visto.
That's life, mi socio.

Hoy día relajado en la ciudad, disfrutando de la hospitalidad de la señora Nelly y de su fantástica casa colonial, en la que incluso hay un patio interior con plataneras. Esta tarde trataré de cuadrar un carrito para ir de excursión a lo cubano a Puerto Padre y Punta Covarrubias, en el norte de la provincia. A lo mejor se bucea y todo. Por la noche, bus nocturno hasta Varadero... 13/14 horas de ruta, y si no hay retrasos, averías... vamos, más que un vuelo intercontinental! :)))


Centro de La Tunas. Día nublado. (Foto: Juan Carlos Enrique)

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03 enero 2010

Historias bayamesas.

BAYAMO. CUBA EN ESTADO PURO.

Escribo estas líneas a punto de dirigirme ya a la terminal de autobuses para dejar Bayamo, tras dos días intensos. En esta ciudad tranquila del oriente cubano, fuera de los circuitos turísticos habituales, me encontré de lo más cómodo. Ha sido un placer descubrir la arbolada Plaza de la Revolución y la curiosísima calle General García, empedrada y plagada de esculturas modernas, casi en solitario en la mañana del primero de enero, día de resaca nacional en Cuba. Y en medio mundo, dicho sea de paso. El sosegado ritmo de las calles y gentes bayamesas se agradece y contrasta, y de qué manera, con el ritmo acelerado de La Habana o Santiago, o de la afluencia masiva de turistas de otras ciudades. Aquí todo es más lento, pausado y económico. Se paga en casi todos los lugares con moneda nacional y por menos de 2 euros, uno puede tomar una abundante comida, bien servida y con cerveza local en un restaurante de la plaza. El ritmo sosegado de la ciudad se ve plácidamente alterado cada sábado noche con la celebración en el centro de la Fiesta de la Cubanía. Las familias de Bayamo se lanzan a la calle para disfrutar de una ración de puerco asado, de una curiosa bebida local a base de ostiones (que no pude probar por que mi estómago anda quejándose estos días), por supuesto música grabada y en directo, además de partidas de dominó y ajedrez nocturnas en la calle! 100% Cuba, definitivamente.

LA NOCHE BAYAMESA.

Los bicitaxis se encuentran en Bayamo día y noche en la calle. Tras acercarme a un grupo de ellos, conversar un poco, invitarlos a compartir una cerveza y confirmar la impresión de que son gente sana, le pido a Andrés, el más joven de ellos que me sirva de guía y nos vayamos de rumba. Por supuesto acepta inmediatamente. Mientras disfrutamos de la cerveza, me intereso por si en Bayamo se celebra algún concierto para celebrar el aniversario de la Revolución, y no saben decirme. En eso una viandante que nos escucha, dice que, oh sorpresa... actúa en la calle CÁNDIDO FABRÉ. Mi suerte es inmensa. Este sonero oriental es uno de los compositores más inteligentes de Cuba y su voz, desgarrada por un problema en las cuerdas vocales que no pudo acabar con su carrera, la más personal de la salsa cubana. Allá que nos vamos. Armados con botella de ron y refresco, nos vamos a la inmensa plaza de la República a disfrutar del concierto como uno más. Increíble experiencia.

De ahí a LA ÚNICA discoteca de Bayamo, la del Hotel Sierra Maestra donde con apenas un aforo de 180 personas, no conseguimos entrar pese a mis intentos de sobornar al gerente, un tipo que no quiso saber nada del asunto. Raro, raro. Y de ahí, sin saber como, en lugar de ser dos, acabamos siendo cinco y acabamos la noche con más ron en una terraza-bar 24 horas, a la que van llegando más y más personas y se forma un sarao de proporciones bíblicas hasta el amanecer... Los excesos los iba a pagar muy caros por la mañana... igual el mundo se acaba hoy y me pilla sereno. Que viva la Revolución.

MI PRÓXIMO POST, desde Las Tunas. O no, nunca se sabe.

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31 diciembre 2009

La revolución del hombre-salmón. Pequeña crónica santiaguera.

Soy un hombre-salmón subespecie Calamaro, de los que navegan casi siempre en contra de la corriente establecida. Por ello romperé una vez más una norma, en este caso mía. Qué carajo. Haré balance del año que terminará en pocas horas aquí en Cuba y que ya se dio por finiquitado hace rato en mi España natal. Convencionalismos.

Para no aburrir al lector de este blog viajero, sólo diré que el año que termina ha sido duro. Muy duro pero gratificante, para qué les voy a engañar. Los salmónidos somos así: nos crecemos ante las dificultades. Y las disfrutamos. Hasta la victoria siempre.

Con toda seguridad ha sido la intensidad del año que termina lo que ha provocado en mí cierta desidia los últimos días, los primeros de éste mi enésimo viaje a Cuba. Han sido días de vida contemplativa, lenta, que he saboreado sin reloj, sin planes, sin agenda. Con mis amigos de Guanabo primero y aquí en Santiago después. Improvisando cada momento del día. Sin horarios meditados para comer, beber, charlar sobre banalidades, callejear, leer, escribir o simplemente dormitar. He disfrutado el cambio de ritmo, para qué negarlo.

Sin embargo hoy mi estado de ánimo cambió. Me reservaré la convergencia de pequeñas y seguramente intrascendentes causas que han provocado en mí esta pequeña revolución interna. Esta tarde , después de sestear para cargar baterías tras una noche especialmente etílica, me dirigí sin más a la terminal de autobuses de la ciudad. Socio, un boleto… a Bayamo, por qué no. Aquí están los siete pesos, OKA.

Hecho. Mañana, el primero de enero, viajaré en el primer autobús hasta la cercana localidad de Bayamo, donde nunca hice escala. Servirá. Y después ya veremos… Las Tunas, Ciego de Ávila, Manzanillo, o donde el viento me lleve. Así sea, compay. El viaje dentro del viaje comenzará mañana. Será un peregrinar sin rumbo fijo que durará una semana y me llevará finalmente a La Habana, para tomar el avión de regreso a casa donde me reencontraré con la cotidianeidad.

Antes de dejar Santiago, eso sí, disfrutaré de la cena de fin de año que están preparando ya aquí en la casa de mi socio Santiago Vallina. Será una celebración tranquila: en la casa y en familia. Así se da la bienvenida al nuevo año aquí. Felicidades. No habrá hoy excesos. Cenaré, echaré un par de tragos y después de la medianoche me retiraré discretamente a mi cuarto. Mi pequeña e insignificante revolución interna, así lo recomienda. Albañiles pa´l carajo, que se acabó la mezcla. Amén.

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29 diciembre 2009

Mis primeros días en Cuba. Imágenes.

Regino y su esposa Iris en El Rinconcito, cerca de Tarará. Bienvenida como tiene que ser.


Días interminables entre amigos en la Marina Tarará. Playas del Este.


Bailando salsa... o al menos intentándolo. Patio Los Abuelos, Santiago de Cuba.


Y luego dicen que los cubanos saben beber. Santiago de Cuba.

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16 diciembre 2009

La necesidad de escapar.

Dicho y hecho: vuelvo a Cuba. Necesito escapar de la cotidianeidad. Pero ya.

En algún lugar de La Habana. (enero 2009)

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